No hay santo sin pasado ni pecador sin futuro: atrévete


Querido lector,

Ya va cerca de mes y medio de este 2018, ¿cómo vas con tus propósitos de año nuevo?

¿Será que estás igual que yo y por una u otra razón sigues sin poder cambiar tus hábitos y rutinas para alcanzar las metas que te propusiste durante aquella noche cuando te atragantabas con las uvas?

Pues déjame decirte que viene una temporada mucho más intensa que el mismo inicio del año. Esta temporada, te permite hacer un alto en tu vida. A veces es necesario echar un vistazo al pasado y reconocer nuestras fallas para poder armar un buen plan estratégico y lograr corregir nuestros errores.

Estamos por iniciar la Cuaresma, y he llegado a la conclusión de que es el momento más apropiado para ser mejores. Quiero aclarar que esta mejora va mucho más allá de bajar de peso o mejorar las notas académicas. Ser mejores personas, sobre todo en el ámbito espiritual.

Muchas veces invertimos demasiado tiempo tratando de mejorarnos física e intelectualmente… comer sano, hacer ejercicio, dormir las horas adecuadas, leer y estudiar, estar al tanto de las noticias, la maestría… Y la verdad está muy bien, no debemos dejar de trabajar en nosotros, sin embargo, a veces nos olvidamos completamente del aspecto espiritual. En donde me atrevo a decir que es el aspecto que da orden y razón de ser a los otros dos aspectos.

Cuando el espíritu está bien, el cuerpo y la mente lo reflejan.

La Cuaresma es un tiempo de preparación que la Iglesia otorga para que todos los fieles puedan vivir de mejor manera la Semana Santa.

La Semana Santa es la semana más importante para todo católico. Ahí la vida de un católico toma sentido. De nada hubiera servido que Cristo hubiera nacido (y festejáramos la Navidad), si él no era Dios y no hubiera muerto por nuestro pecados y resucitado para abrirnos las puertas del Cielo.

Durante estos 40 días, tenemos la oportunidad de poder cambiarnos. Transformar aquello que nos da pena y vergüenza y que si dejamos a Dios trabajar en nosotros, lo convertirá en luz y esperanza.

Es importante que sepas que la Cuaresma inicia con el Miércoles de ceniza. Que para aquellos perdidos, inicia este miércoles 14 de febrero.

El Miércoles de ceniza es un día muy interesante, pues te puede suceder una de estas dos experiencias. La primera: que te dé pena que te vean con una cruz de ceniza en la frente… la otra, todo lo contrario, que te importe demasiado si la cruz está bien hecha, o si no se ha hecho un batidillo en tu frente.

Realmente ninguna de las dos es la más correcta.

El Miércoles de ceniza nos recuerda que somos polvo y al polvo volveremos. Nos recuerda el punto más bajo en el que hemos estado en nuestras vidas. Nos recuerda lo miserables que hemos sido, los desastres que hemos cometido y más importante, nos recuerda que no podemos seguir así.

Necesitamos un cambio, necesitamos otra oportunidad para repararnos.

La ceniza en nuestra frente nos recuerda que hay algo mal en el mundo y en nuestro corazón y que sabemos en lo más profundo, que no debería ser así.

Sabemos que estamos hechos para algo más, algo mucho mejor que nuestros fracasos y caídas.

La ceniza nos recuerda lo frágiles que somos y a la vez, la grandeza para la que fuimos creados.

Alguna vez te has preguntado, ¿por qué tiene que ser en forma de cruz?

Existen varias explicaciones, pero sin duda, la más bella de todas es la siguiente: La cruz en la frente significa que le perteneces a Cristo. Eres de él hagas lo que hagas.

Todos tus logros, sueños y aciertos son de Cristo, pero más importante, todos tus pecados, fracasos y miedos son de él. Cristo ya pagó y reparó todas nuestras deudas. Ya no le pertenecemos a nadie más que a Cristo.

Es así, que todo empieza a tener sentido. Son 40 días de preparación, de reflexión y arrepentimiento.

¿Sabías que el ayuno es quizás una de las formas más exitosas para tener realmente un corazón arrepentido, nuevo y puro?

El problema con el ayuno es que muy pocas veces es llevado de manera correcta. Casi siempre se queda en un plano meramente fisiológico… en otras palabras, se reduce a un “morirte de hambre”.

Dame la oportunidad de mostrarte una nueva perspectiva sobre el ayuno. A continuación te doy 4 razones por las cuales el ayuno es la mejor opción para esta cuaresma.

1. Te ayuda a dejar de ser esclavo (aunque no lo creas, somos esclavos de muchos vicios y placeres legítimos). Cuando decides que incluso en las necesidades más básicas como comer y dormir, puedes tener total gobierno sobre ti, te darás cuenta del gozo que significa ser libre y realmente no depender de nada.

2. El ayuno es un sacrificio y todo tipo de sacrificio es por amor. No se puede entender un sacrificio si no conlleva la renuncia a algo por la entrega a alguien más. El ayuno nos permite tener un día lleno de adoración. Debes de saber que el que por amor se sacrifica, no encuentra tristeza ni enojo en la acción realizada, sino puro gozo. Por ello, si vas a hacer ayuno, no te quejes ni consientas pensamientos negativos. Cualquier tipo de malestar a causa del sacrificio es mínimo en comparación con la alegría que se obtiene de entregarte al otro. El ayuno es decirle a Cristo: “¡Te amo y por ti haría muchísimo más!”.

3. El ayuno nos permite experimentar y a la vez unirnos a Cristo en la cruz. Nos volvemos corredentores junto con Cristo en la historia de la salvación. En otras palabras, ¡Tu sacrificio puede salvar vidas! No lo dudes ni por un instante.

4. El ayuno nos ayuda a crecer en obediencia. La Iglesia pide que ayunemos al menos el Miércoles de ceniza y el Viernes Santo. Tenemos que aprender a confiar en los mandatos que nos hacen, teniendo en cuenta que quien nos ordena algo, es porque tiene mejor visión y perspectiva que nosotros mismos. Déjate guiar por nuestra Iglesia y crece en fidelidad.

También es muy importante que recuerdes que hay muchas otras cosas que puedes ofrecer en esta Cuaresma… Dejar Netflix por un mes, alguna red social, el famoso minuto heroico (que consiste en levantarte a la primera que suena el despertador), tomar sólo agua simple… Son pequeños placeres que dejas de lado para poder enfocarte en lo verdaderamente importante: crecer en santidad.

Recuerda acudir al sacramento de la confesión antes de iniciar la Cuaresma, Dios te dará las gracias necesarias para vivir esta temporada con la mayor disposición posible.



Ya por último es necesario que sepas el verdadero motivo por el que haces las cosas. Si decidiste ayunar todos los viernes de cada semana de la Cuaresma, es porque quieres crecer en amor a Cristo. Cada vez que tu estómago te recuerde tu fragilidad humana, has una pequeña oración en ese mismo instante, pidiéndole a Dios te dé la fortaleza para poder mantenerte firme ante ese sacrificio y a la vez, te permita mantenerte firme en el amor a Él por el resto de tu vida.

No te olvides de ponerte al servicio de los demás en estos 40 días. Con pequeños detalles… una sonrisa, un gesto amable, un alago a un compañero, lavando los trastes, preparando doble lunch, en fin, hay mil formas de servir a los demás… sé creativo.

Que la alegría sea tu sello personal cada vez que te encuentres con alguien.

¡Que tengas una gran Cuaresma y que comiencen los juegos del hambre! (jajaja aplica perfecto)

Sábete acompañado siempre,

Alison González

Te dejo mi correo personal por si quisieras platicar conmigo sobre el tema. Alison.gondra@gmail.com


Comentarios

  1. HERMOSO CONTENIDO LLENO DE AMOR Y ESPERANZA!! GRACIAS

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  2. Que hermosa manera de hablar de la Cuaresma, y si, somos y pertenecemos a Dios. Muchas gracias por compartir.

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    1. Gracias Rosa! Primero Dios, seguiré escribiendo sobre estos temas. Saludos!

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